Los secretos de tu cuerpo son como un lugar en ruinas, todo está lleno de historia, todo está lleno de pistas, pinturas, letras;
pistas que me llevan a los lugares más oscuros y ocultos,
los cuales ni tú mismo has visitado.
Conocerte es más que mirar la referencia de un mapa cuando estás
perdido, conocerte es la clave para disfrutar de los lugares que ni tus amores
pasados han podido llegar; esos amores recorrieron tu cuerpo, abrieron puertas
he hicieron descubrimientos, los cuales hicieron públicos, cuando en realidad
tu querías que fueran solo secretos; estos descubrimientos al ser revelados te
volvieron frágil, vulnerable, estabas tan expuesto al mundo que la gente del
común podía acceder a ti; tus amores pasados te hicieron cerrar las puertas de
tu mundo, de tu alma, de tu cuerpo, estabas tan frágil que ningún restaurador
de arte podría devolverte el valor merecido a tu cuerpo, un día comprendiste de
que si solo tu tenías el control nadie más violaría ese espacio que se tardó
tantos años en construir llamado “ Tu cuerpo”.
Te veo sentado allí, leyendo libros como siempre nutriendo tu alma del
vacío que dejo aquel mal amor; aquel amor te enseñó que eres humano y que eres
vulnerable, pero también te enseñó que amar es uno de los descubiertos más
hermoso y peligrosos en la vida del ser humano; tu alma se expone a tal punto
que el amor se pasea por tu cuerpo dejando marcas y recuerdos los cuales hacen
de tu piel una obra que todos quieren palpar y probar; te sientes defraudado lleno
de confusión corriendo por los mismo laberintos que brinda tu cuerpo, tocando
las huellas que ella dejo en ti, abriendo paso al dolor, abriendo paso al
olvido.
Cada amor que llega a tu vida abre una puerta en ti, esas puertas dan
lugar a un recuerdo memorable, que cuando se abren nuevamente duele, pero una
vez que está abierta nunca más la quieres cerrar, porque cuando ves la cicatriz
entiendes que arriesgaste todo por amor, porque el mantener el equilibrio en tu
vida no es posible si desear amar; te sentirás
perdido por que en el amor hay que desequilibrarse para encontrar el
balance perfecto.
Estás sentado frente a mí,
mientras sostengo un mapa y unas llaves es mis manos y te pregunto:
¿Estás listo para abrir una nueva puerta?
Tus ojos se llenaron de angustia y desesperación; pero el comprender que
fuiste vulnerable alguna vez te recuerda al mismo tiempo que eres valiente y
que el que si una puerta deseas abrir, el equilibrio tienes que dejarlo de ir,
porque de lo contrario no serás feliz.
Aprieto tu mano fuertemente, mientras tu mirada se pierde en la mía.
Beso tu mejilla, te entrego el mapa y las llaves y te digo.
“Encuentra tu lugar”
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