lunes, 27 de abril de 2015

LA GARDENIA



                                 Pasan los años, pasa la vida, pasa tu vida y pasa la mía;                                                Pasan sentimientos, pasan deseos y descubrir lo que quiero está en un mar de apogeos.

El día que llegaste a mí, todo fue tan claro, tan bello, tan, tan sin palabras; eras más que una predicción de un genio, eras el asiento del chocolate, la premonición perfecta para la señora que me leía las cartas los martes en la mañana; el chocolate decía que eras espeso, de corazón dulce, de personalidad llamativa, pero eras como el humo que emanaba el chocolate, tan caliente, tan delicado, lo puedes ver pero no lo puedes tocar; termino mi chocolate caliente pensando si solo fue coincidencia, pero cuando abro los ojos del alma ella tenía razón, yo me deslumbraba muy fácil.

Manos, rayas, destinos, fortunas, amor y muerte.

Quien podría creer que todo eso saliera de la palma de mi mano, pero espera ¿Qué pasa cuando dos manos se juntan?, ¿Se entrelazan muerte, fortuna y amor?, ¡No imposible! eso suena muy caótico para mi ahora, aun así a quien quiero mentirle! lo caótico a veces tiene su lado bueno; entre oráculos y premoniciones dibuje tu rostro sin conocerte, te trace un futuro, una vida, un sueño.

Hojas, borradores, lápices.

Los que gaste en busca de la “perfección”, amor perfecto, manos entrelazadas con una visión mágica; ya estaba empezando a pensar que lo que había bebido no era chocolate sino un trago amargo de eso que la gente llama “realidad”.

Luna llena, tan radiante y tan bella.

Aquella noche donde mi mente no tenía un enfoque, Salí en busca de preguntas cuando me encontré contigo hermosa luna, te mire, te detalle; me llenaste de energía y me hiciste entender que mi destino no estaba en trazar la perfección, mi destino no estaba en las palmas de mi mano o en un chocolate mágico; mi destino era ser la flor que crece en los campos, que a pesar de la adversidad y las luchas diarias, es tan radiante y bella.

A la mañana siguiente corrí hasta donde la mujer que me leyó el chocolate, pero cuando llegue ella no estaba allí, solo estaba una hermosa gardenia en una urna de cristal con un mensaje:

“La soledad, los vientos, las oleadas fuertes son las cosas que la naturaleza usa  para quitarte el polvo, las cicatrices del pasado y de ellas queda piel nueva, vida nueva, alma nueva; sé feliz hermosa gardenia larga vida y buena fortuna”

Con amor, la luna.

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