sábado, 27 de diciembre de 2014

ESPERAR ALGO DE TI

— Esperar algo de ti es como esperar que el sol se asome en mi ventana cada mañana y me entregue una taza de café.

— Esperar algo de ti es como si cada vez que me doy una ducha alguien me pasara una toalla para secarme el cuerpo.

— Esperar  algo de ti es abrir el microondas y encontrar el desayuno listo con una flor en la mesa.

— Esperar algo de ti es sentir que hay alguien cada noche a mi lado y no un bulto de ropa sucia.

— Esperar algo de ti es obligar a las manecillas del reloj que me den unos minutos más para poder sentir lo rico que es mi almuerzo en la oficina.

— Esperar algo de ti es como obligar a las cosas cotidianas que se vuelvan súper héroes y que hagan de mi vida una experiencia única.

— He esperado tanto de ti que no sé si el sol se quiere asomar en mi ventana.

— He esperado tanto de ti que cada vez que me doy una ducha quiero coger la toalla con mis propias manos.

— He esperado tanto de ti que cada vez que entro a la cocina me enamoro de ella.

— He esperado tanto de ti que ya puedo tirar el bulto de ropa al lado de mi cama y dormir en paz.

— Esperar en ti me ha hecho reflexionar y me ha hecho pensar que si sigo esperando cosas de ti me olvidare de mí en algún momento. Estar sumida en ti es algo tóxico y hasta debería de ser ilegal pero eres tan adictivo que esperar en ti se hace tan doloroso e insoportable. Las ansias locas me invaden y siento que mi cuerpo se vuelve inmune a ti.

— Esperar  algo de ti me ha hecho fuerte; capaz de identificar  todo lo que debo dejar a un lado para continuar mi vida.

— Esperar tanto de ti que al pasar mis dedos por mis labios podría sentir grietas, resequedad y agujeros de todas las mordidas que me he causado por desearte.

— Esperar tanto de ti que mis manos estaban atadas a mi cama con la esperanza que algún día volvieras a mí.

— Esperar algo de ti solo es una pérdida de tiempo y energía porque llega alguien que en cuestión de minutos con un par de risas y mucho en común puede hacer gastar más tiempo en mí que el poder que tenías sobre mí.


No pienso esperar por ti en la ausencia, pues ya tengo quien me quiera, pero tampoco quiero dejarte de esperar, así que… ¿Qué esperar tú de mí? Quizá esperemos lo mismo, tal vez no esperemos nada. Tan solo esperemos.

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