— Esperar algo de ti
es como esperar que el sol se asome en mi ventana cada mañana y me entregue una
taza de café.
— Esperar algo de ti
es como si cada vez que me doy una ducha alguien me pasara una toalla para
secarme el cuerpo.
— Esperar algo de ti es abrir el microondas y encontrar
el desayuno listo con una flor en la mesa.
— Esperar algo de ti
es sentir que hay alguien cada noche a mi lado y no un bulto de ropa sucia.
— Esperar algo de ti
es obligar a las manecillas del reloj que me den unos minutos más para poder
sentir lo rico que es mi almuerzo en la oficina.
— Esperar algo de ti
es como obligar a las cosas cotidianas que se vuelvan súper héroes y que hagan
de mi vida una experiencia única.
— He esperado tanto
de ti que no sé si el sol se quiere asomar en mi ventana.
— He esperado tanto
de ti que cada vez que me doy una ducha quiero coger la toalla con mis propias
manos.
— He esperado tanto
de ti que cada vez que entro a la cocina me enamoro de ella.
— He esperado tanto
de ti que ya puedo tirar el bulto de ropa al lado de mi cama y dormir en paz.
— Esperar en ti me ha
hecho reflexionar y me ha hecho pensar que si sigo esperando cosas de ti me
olvidare de mí en algún momento. Estar sumida en ti es algo tóxico y hasta
debería de ser ilegal pero eres tan adictivo que esperar en ti se hace tan
doloroso e insoportable. Las ansias locas me invaden y siento que mi cuerpo se
vuelve inmune a ti.
— Esperar algo de ti me ha hecho fuerte; capaz de identificar todo lo que debo dejar a un lado para
continuar mi vida.
— Esperar tanto de ti
que al pasar mis dedos por mis labios podría sentir grietas, resequedad y
agujeros de todas las mordidas que me he causado por desearte.
— Esperar tanto de ti
que mis manos estaban atadas a mi cama con la esperanza que algún día volvieras
a mí.
— Esperar algo de ti
solo es una pérdida de tiempo y energía porque llega alguien que en cuestión de
minutos con un par de risas y mucho en común puede hacer gastar más tiempo en mí
que el poder que tenías sobre mí.
— No
pienso esperar por ti en la ausencia, pues ya tengo quien me quiera, pero
tampoco quiero dejarte de esperar, así que… ¿Qué esperar tú de mí? Quizá
esperemos lo mismo, tal vez no esperemos nada. Tan solo esperemos.
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