Dame tu mano, delicada
y suavemente;
déjate llevar un
segundo por mis impulsos,
déjate moldear por mí,
déjame ser más que una persona que pertenece a tu vida,
déjame ser tu vida.
Ser la razón por la
cual respiras no es suficiente para mí, ser la razón por la cual tu respiración
se acelera cada vez más nunca será suficiente; cada vez que me miras tus ojos son un campo abierto en el cual quiero
perderme y perder allí mi razón, mi cordura; color café intenso que me sumerge
y me embriaga.
¿Será que todo comenzó en la noche que te bese?
La primera vez
que acaricie tus labios con mis dedos fue la primera vez que esas grietas me
revelaron historias, laberintos ocultos, los cuales me ayudaron a comprender
que besarte era más que un acto romántico; besarte es historia, besarte es ocultismo,
besarte era más que acariciar una urna de cristal para revelar el futuro,
porque besarte era sentir el futuro en mis manos.
¿Será que cuando mis
manos rodearon tu cintura fuiste mía realmente?
Recuerdo con claridad
que estábamos en unas escaleras y que tu temor a caer hacia que más te
aferraras a mí, mis manos podían sentir un poco de tu piel ya que tu camisa era
muy corta, en realidad no me negué al beneficio de sentir su suavidad. La forma
en la que tus manos rodeaban mi cuello me hacía sentir que tú también me hacías
parte de tu vida, una posesión tuya.
Hoy estas lejos pero en
mis manos quedaron la copia de los mapas de tu piel los cuales algún día me
ayudaran a descubrir mucho más de ti.
Sé que tienes que
volver a sus brazos donde te sientes protegida pero aquí siempre estaré para
revelar tus misterios.
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