jueves, 27 de octubre de 2016

JUEGO DE PALABRAS



- Si bailáramos al compás de las guitarras.
  Si nos amáramos con la intensidad de las llamas que emanan las velas.
  Si nos acariciáramos como el viento.
  Si nos ahogáramos en el mar de nuestros ojos.
  Si desgastáramos nuestros labios como los borradores que usábamos en la   escuela.
  Si dejáramos nuestro orgullo colgado en el armario.
  Si nos vistiéramos de azul y nos hacemos uno con el cielo.
  Si nos hacemos daño recogemos los pedazos y hacemos un collage.
  Si hiciéramos todo esto te prometo que la vida seria toda una osadía.

Y si te sueltas el cabello y sujetas mi mano...


viernes, 14 de octubre de 2016

EL SUÉTER



Cuando la ropa pierde el significado común,
cuando la ropa se convierte en recuerdos y hasta más;
ella con cada postura arranca un pedazo de ti lo encierra en cada fibra para cuando la uses de nuevo recuerdes por medio de su aroma y color lo que viviste días anteriores.

Suavizante que también marco mi memoria.

Solía aferrarme a ti porque tú ropa olía a ´Suavitel´,
tan fresco, tan suave, tan tú.

Pasan los años y sigo mirando aquellas prendas llenas de recuerdos, incluso cuando las llevo puestas recuerdo lo que algún día significo; ellas llenan mi corazón de risas y nostalgia.

De pie frente al espejo contemplo mi piel y observo que en cada poro llevo un recuerdo, una marca, un momento inolvidable porque hasta las cicatrices se vuelven atractivas, porque hasta las pijamas con estampados tienen recuerdos de la infancia que desean ser contados.

Muchas veces quiero deshacerme de todo mi guardarropa , cada prenda, cada recuerdo,
pero cuando paso por una tienda y me enamoro de la misma camisa entiendo que por más que quiera sacarte de mi guardarropa y de mi mente, en las fibras de tus sábanas quedó una parte de mi; y por más detergente y suavizante que puedas usar un pedazo de mi piel quedo allí.

Tejiendo un suéter con recuerdos, sonrisas y besos comprendo que la vida es un suéter tejido por la abuela, porque lleva tiempo, amor y dedicación, pero al final de un día largo siempre lo usarás y el calor que te brinda llenará tu corazón.

Tejiendo un suéter de recuerdos comprendí que al final del día,
a pesar de los agujeros que tengas en tú piel siempre se pueden rellenar con un poquito de amor.