miércoles, 15 de junio de 2016

LA AMAPOLA





Levanto la mirada al cielo
Extiendo mis manos
Siento como el viento envuelve mi cuerpo
Siento como la brisa me dice que se acerca una tempestad.

Eres tú con tu manera de caminar y mirar la que hacen que la naturaleza pierda cordura
Eres tú el que convierte una simple flor en una flor caníbal, sedienta de sangre, venganza y pasión.

Muerdo mis labios
Cierro mis ojos
Aruño la almohada.

¿Por qué tenías que cruzar mi camino?
La brisa llena de incertidumbre despertó un instinto diferente en mi.

¿Será que entre tú y yo hay más que un soplo divino?

¿Será que simplemente somos barro, arcilla, tierra?

Las flores pueden morder
Las flores disfrutan del sufrimiento
Las flores pueden ser sádicas y tiernas a la vez.

Los sentidos se afectan por el humo adictivo que emanan tantos cigarros encendidos en la habitación.

 Te toco y todo se convierte en una alucinación…en una obsesión.

Vasos de agua
Burbujas en mi lengua explotando al compás del reloj. 

Soy una flor que disfruta el alcohol y el descontrol;
Soy una flor que no le da vergüenza compartir su aroma con el mundo
Soy una flor silvestre o tal vez caníbal que le gusta ser admirada, deseada y al mismo tiempo tener un toque de peligro sin descuidar la elegancia.

Hay tanto humo, tanta piel, tantas flores, tanto deseo.

Acaricio la ilusión, el deseo y la imaginación
Toco mis labios y sale sangre.

 Abro mis ojos contemplo mi alrededor… mis manos tiemblan.

¿Será que la flor del deseo me mordió?

¿Será que somos más que carne y hueso?

Será…Será...Será que la flor dejó su huella en el lugar.